«La muerte de un comediante», la primera película de Diego Peretti como director y en la cual también es protagonista, comenzó el arduo y obsesivo proceso de posproducción. Tanto el propio Peretti como el codirector Javier Beltramino se pasan el día revisando el crudo del film, junto al editor Gustavo Macri, en los estudios de Pampa Films. El trío tiene la intensa tarea de separar las mejores tomas, diálogos y escenas y comenzar a construir la mejor forma de contar la historia de Debré.
El proceso, que Peretti define como «de laboratorio y con muchos vaivenes creativos», durará unas cinco semanas a partir de ahora. Luego, el material seleccionado reposará hasta que lo retome Anabela Lattanzio, la montajista. De ahí en más, el film entrará en una nueva etapa de edición, todavía más fina.