Si sos socio productor de alguno de todos los proyectos audiovisuales, no podés perderte el nuevo episodio del podcast «Orsai Cine».
Gabo Grosvald decidió ir a fondo para saber en qué estado está cada uno de los proyectos y lo sentó a Casciari a dar respuestas. «Voy a decir toda la verdad, salvo que no sepa. Y si no sé, voy a decir mentiras: lo que no voy a hacer es dejar de responder», dijo el mercedino. Y empezó a hablar.
Para empezar, partieron de nuestro primer orgullo: «La Uruguaya». Como bien define Casciari, es el timón de proa de nuestro barco: sin su éxito, sin sus triunfos en festivales de cine, nada de los proyectos audiovisuales que vinieron después podrían haber sido realidad. Y nos emociona contar que «La Uruguaya» está entrando en la fase final de lo que nos propusimos cuando se nos ocurrió hacerla: en agosto estará en cines, y en septiembre, en una plataforma internacional. Recuperó la inversión de los más de 1900 socios productores y generó ganancias: es una película más que rentable y entre junio y julio de este año podrán verlo en sus billeteras, pero van a necesitar paciencia: la burocracia del sistema está haciendo lo suyo.
De todos los proyectos en los que nos embarcamos, el documental que se pusieron al hombro Justina Bustos y Joaquín Marqués es el más experimental de todos: nuestro conejillo de Indias. Como sabemos que 936 productores están a la espera de novedades, les tenemos una importantísima: el proyecto está terminado y ahora estamos en la etapa de venderla. Estamos convencidos de que pronto habrá grandes noticias, porque hay un lindo circuito festivalero para exhibirlo y abrirle la puerta a un mercado espectacular.
«La muerte de un comediante» avanza a paso firme. Comenzamos las reuniones con los co-directores, Diego Peretti y Javier Beltramino, y regularmente podrán espiarlos trabajando .
Y atentos a esto: de cara a la venta, vamos a tener que tener un poco de paciencia, pero es estratégico. Vamos a salir a vender la película recién entre marzo y abril de 2024. ¿Por qué dentro de tanto? Porque estamos seguros de que la película de Los Simuladores que dirigirá Damián Szifrón el año que viene va a ser un boom no solo regional sino también mundial, y pensamos colgarnos de su éxito para impulsar el nuestro.
Vamos a trabajar muy tranquilos durante 2023 para ajustar guiones, temas de derechos, armados de equipos, estructuras, etcétera. No falta ninguna pieza: el proyecto rodará a paso lento pero constante porque planificamos una estrategia de venta que estamos seguros de que lo va a catapultar al espacio.
Nuestra miniserie se encuentra en etapa de postproducción y edición. ¿Qué significa esto? Básicamente que se terminó de rodar y que con todas las escenas que grabamos, se pueden hacer un montón de cosas. Como Casciari manda, ya tuvo el privilegio de ver cuatro capítulos armados, de forma rústica —sin efectos sonoros ni música— y no tuvo más opción que emocionarse. Cree que no sólo saldrá una serie espectacular, sino una película demoledora de ochenta minutos de duración, comprimiendo la información que decante del rodaje de la serie.
Pasando en limpio: no tenemos un producto, tenemos dos. Y son ambos propiedad de los más de 5000 socios productores que van a empezar a ver cómo trabajan la postproducción Francisco Alcaro y Joaquín Elizalde, primero de la peli y después de la serie. Y van a poder ver y participar en todo.
Todo empezó a moverse: quedan grabar algunas escenas en Barcelona y estamos hablando con distintas plataformas. Dentro de muy poquito habrá novedades y podrán ver primeros cortes, reacciones de actores viendo esas escenas, etcétera.
Hicimos tantas cosas y pusimos a trabajar a tanta gente que la casa que inauguramos en Serrano 1141 nos fue quedando chica. Así que ahora estrenamos sede nueva: un lugar gigantesco ubicado en la calle Núñez 3040 donde se desarrollarán, entre otras cosas, el proyecto «Cinco pelis» con sus respectivos equipos de trabajo y donde se dicta la diplomatura en Cine. Con Joaquín Marqués y Anita Blaya hicimos algo mucho más que ser socios de su productora: nos convertirnos en amigos y compañeros de aventuras. Así que compartimos un espacio plagado de posibilidades para nuestros proyectos, con islas de edición, espacios de trabajo espectaculares y hasta una terraza impresionante desde donde transmitiremos vía streaming el avance de cada trabajo.
Los lunes podrán ver a Tamara Tenenbaum trabajando junto a su equipo en la comedia romántica de nuestra saga de películas. En ella contará una historia hermosa: una hija que descubre que su madre tiene un novio oficial y uno de trampa. Aunque Tamara no lo quiera admitir, es algo que le pasó a ella, así que esta amalgama de comedia romántica con road movie tiene mucho de autobiografía. La historia transcurrirá en dos tiempos, los noventa y el presente, y tratará temas como los cambios en la maternidad en la era pre y post internet.
Los martes van a ser hilarantes, porque los juntamos a Pedro Saborido y a Diego Capusotto. Los obligamos a volver a trabajar juntos sin que se enteraran: primero le mostramos la idea a Capusotto, y aceptó actuarla, encantado. Después le mostramos la misma idea a Saborido, y aceptó feliz escribirla. Y cuando les develamos quiénes serían el actor y el guionista, se cagaron de risa de la felicidad. La historia es tan real como delirante: cuenta cómo un grupo de anarquistas planeó en secreto en la ciudad de Luján asesinar a Bush en el año 2005, en una visita a Mar del Plata, y cómo su plan de magnicidio se frustró.
Los miércoles es el turno de otro tanque: el drama de época, comandado por el gran historiador argentino, Felipe Pigna. Vamos a contar el duelo de ajedrez del siglo, entre el cubano José Capablanca y el ruso Alekhine. La trama es absolutamente apasionante: Capablanca era un putañero de aquellos, borracho y vago indisciplinado pero genio del ajedrez y vigente campeón del mundo. Alekhine, un robot ruso que se levantaba a las seis de la mañana a entrenar aperturas de ajedrez. ¿Qué podía salirle mal al imbatible Capablanca? Que la final se disputara en la esplendorosa y pujante Buenos Aires de los años 20, donde convivían los avances tecnológicos como el subte, la radio y el glamour con los arrabales, las putas y la merca. Como la ciudad es prácticamente la protagonista, nadie mejor para contar la época que el mercedino.
¿Se imaginan cómo viviríamos el fin del mundo si Argentina fuera el último país que queda en pie en un apocalipsis? Nosotros sí, y vamos a hacer una serie o una película sobre eso. En un asado en la casa del señor Casciari, Joaquín Marqués, Anita Blaya y Chiri cayeron en la cuenta de que todos los dramas apocalípticos se cuentan en el hemisferio norte. Para ellos, todo es agarrar una escopeta y un «sálvese quien pueda». Pero, ¿y si eso ocurriera en Argentina, donde estamos acostumbrados a sobrevivir a un apocalipsis cada diciembre?
Con esa premisa nos subimos al proyecto de los jueves: el más Orsai de todos los proyectos, el de nuestro riñón, el que apoyarán los socios productores más enamorados de esta locura desde antaño. Seis capítulos de cuarenta minutos con una cuenta regresiva trepidante e intensa: el fin del mundo que recorre Argentina de norte a sur. El último lugar en pie será Tierra del fuego.