Al inicio de Canelones hay un momento en el que vemos al personaje de Chichita abandonando los límites de la ciudad al volante de un auto. Mientras tanto, a unos metros, otro vehículo la acecha pero ella lo ignora porque va muy concentrada en su objetivo: llegar cuanto antes a las instalaciones del Bingo para liquidar en las tragamonedas todo el dinero que lleva encima.
En la historia real, precisamente en la fatídica noche de 2015 en la que fue secuestrada, Chichita salió de la ciudad en su auto y recorrió los treinta kilómetros que separan Mercedes de Luján, donde se encuentra el Bingo al que solía concurrir. Pero en la ficción, por una necesidad narrativa, los guionistas decidieron que el bingo en cuestión no estuviera ubicado en Luján sino en las inmediaciones de Mercedes.
Es fácil escribirlo en un guión, pero cualquier decisión que se toma en la instancia de escritura de una película o serie, por mínima que parezca, después se tiene que ver en la pantalla. ¿Y cómo se consigue esto? El video muestra una de las pruebas realizadas por Federico Castro y Gabriel San Román, el equipo que se encarga de los efectos visuales de Canelones. Ambos son los responsables de diseñar el cartel de neón que muestra el video.
Es posible que el letrero luminoso no termine ubicado donde los vemos ahora, al costado de la ruta, sino un poco más alejado, digamos hacia el fondo del plano. Sea como sea, lo cierto es que se lo ve tan real que —salvo nosotros que ahora conocemos el truco— nadie diría que el cartel no existe. Luces de neón para Fede y Gabi, que están resolviendo como dos campeones todos los caprichos de los guionistas.