La película —que se rodó entre Buenos Aires y Bruselas—, contó con el propio Diego Peretti como protagonista e incorporó a socios productores como extras. Además, como en el resto de las producciones audiovisuales de Orsai, nuestro productor Gabo Grosvald estuvo documentando todo para que los 10.080 socios productores no se perdiesen ningún detalle.
El resto del elenco estuvo intepretado por Malena Villa (Leena), Marioska Fabian (Bonnie) y Han Kim (Amal).
Durante las jornadas de grabación en Bélgica, Maurice Jaccard, del equipo de producción en Bélgica, se cargó la tarea de hacer fotos de rodaje y son una mejor que otra.
Como suele ocurrir a la hora de hacer cine, el presupuesto siempre es poco: nuestro equipo no tenía márgenes para reprogramar jornadas o volver a grabar. Y en Bruselas, con temperaturas bajo cero, parecía imposible que nadie cayera enfermo. Pero no pasó: nadie sucumbió a las heladas de Bélgica y —milagrosamente— se pudo grabar en tiempo y forma, completando el plan que milimétricamente armó el asistente de dirección Luis Bernárdez.
Esta aventura audiovisual de Orsai tuvo la particularidad de ser la primera que se grabó en dos continentes (América y Europa) y, para ello fueron necesarias 19 jornadas de grabación en Buenos Aires y otras 15 en Bruselas.
Además, hubo que armar dos equipos de trabajo, con 80 personas en Argentina y otras 55 en Bélgica.
Para esta película, Orsai reunió a 10.183 personas que, entre todos, aportaron 1.866.300 USD. En promedio, cada socio compró 3.6 bonos de 50 USD cada uno. Hubo 20 socios que compraron más de 100 bonos y 3.834 socios que compraron únicamente un bono.
En cuanto a los datos geográficos, 6.063 socios son de Argentina, 661 de Uruguay, 120 son de España y hay otros 608 socios repartidos por todo el mundo, en países tan diferentes como Holanda, Israel, Hong Kong, Andorra, Camboya, Indonesia y Finlandia, entre otros.
¿Y los otros 2.731 socios? Entre todos los socios que hicieron posible esta película, hay una cantidad considerable (¡casi el 27%!) que no sabemos de dónde son, lo que nos da a pensar que tenemos un público muy desposeído de su dinero que confía a ciegas en Orsai y pone plata para cualquier cosa que les propongamos, sin que nosotros sepamos siquiera dónde encontrarlos.